La esfinge de un crepúsculo encorvado,
la forma de una nube imaginaria,
tu cuerpo haciendo caso a mis plegarias
moviéndose despacio y con cuidado…
las tardes de verano han terminado
y el viento no nos lleva la contraria,
las olas son la suerte necesaria
que abrazan y nos roban los pecados.
Septiembre es un billete de ida y vuelta,
el timbre de un teléfono sin pilas,
los pétalos que vuelan sin control.
Octubre es una incógnita resuelta,
la huella reflejada en tus pupilas
que gritan cuando escapan con el sol.©
Imagen: Alfredo Costa Buzio
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