Un doce de febrero, un cumpleaños,
un whisky sin cubitos, un soneto,
un verso, un no sé qué, se me hace huraño
y grita en tus canciones mis secretos.
Tu sombra y tu bombín, la voz que extraño
cantando y recitando por completo
los sueños que despierto me hacen daño,
micrófono al compás de un amuleto.
La entrada de un concierto, unas jornadas
que brindan con la música en la esquina,
el humo de un cigarro, madrugada
bebiendo en cada vaso medicinas
que advierten que hace tiempo y hace nada
por suerte conocí a un tal Sabina.©
Joaquín Sabina
No hay comentarios:
Publicar un comentario