Me hielan los calores del verano;
tus manos en mi pecho son espadas
que cortan con tu aliento las miradas,
sintiéndote de cerca y más lejano.
Nos matan los placeres cotidianos
sabiendo que la puerta está cerrada.
Hay veces que las cosas van mal dadas
y a cambio nos convierten en paganos.
La sombra de tus besos se me escapa
volando con el tiempo que se pierde,
queriéndote querer si está prohibido.
Tu cuerpo es una vuelta por etapas,
que besa poco a poco cuando muerde
los labios del pecado sin sentido.©
"La chiquita piconera" (Julio Romero de Torres)