Tal vez en Navidad, de madrugada,
encuentro mil razones para amarte…
contexto donde somos juez y parte
mordiendo una manzana envenenada.
Ya sé que el corazón no sabe nada,
que mi alma ya no luce el estandarte
que embriaga la pasión, cuando al quitarte
la ropa, voy clavándote mi espada.
Tal vez en Navidad estoy perdido
buscando una salida sin respuestas
que firmen mi sentencia en el juzgado.
Ya sé que soy culpable de un olvido,
de haber perdido el norte en una apuesta
amándote en el fondo demasiado.©