La mierda se reproduce
con sobornos sonrojantes
y con audios repugnantes.
Y cayéndose de bruces
la política es un cruce
de corruptos mamarrachos,
que se cuece en los despachos
con las putas por testigos
donde Diego firma “digo”
relamiéndose un pistacho.
No se trata de partidos
ni del fin de una bandera.
Son ladrones de “primera”
con derechos adquiridos,
aforados distinguidos
con el voto proletario
de aquel pobre con salario.
¡Basta ya de tonterías!
Al que trinque, señorías,
rumbo al monte del calvario.©