Lágrima dorada convertida en tesoro,
sudor frío de escarcha y viento helado,
piel rojiza para el árbol de la vida,
mar de olivos donde navegan mis sueños.
Frontera de ilusiones, cruce de caminos…
silencio estentóreo del flamenco arraigado,
raíces de mi sangre donde muere el olvido
de tantos abandonos, y falsas promesas…
Jaén, no te duermas en las ramas…
Levántate brava y haz que te escuchen,
del grito sin aliento y vuelve a creer,
un futuro por llegar y un presente por ayer.
Jaén, hoy de nuevo, volvemos a empezar.©
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