Pobre alfarero con pies de barro
que sueña esculpir con letras blancas
sendas que van a trancas y barrancas,
fragantes con el humo de un cigarro.
Pobre indigente que viaja perdido
sabiendo más que nadie su fortuna.
Contra el hambre, ni existe vacuna
ni ganas de cambiar lo inmerecido.
Pobre del iluso en soledad
rodeado de amigos extraños
que te olvidan al paso de un año
y emborrachan siempre su vanidad.
Pobre del político deshonesto
Que camufla sus viejas intenciones
mezclando razones con religiones
mientras tanto nos sube los impuestos.
Y pobre del desdichado poeta
Que inventa historietas sin sentido,
mensajes sin destino conocido
más que el folio blanco de la libreta.©
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