Desnudos, somos dos enamorados
que encuentran sus tesoros en la orilla.
Tu noche me hace sombra en la mejilla,
y el viento me recuerda que he ganado.
Tus labios sólo saben a mojado,
se nota que eres sólo una chiquilla…
A veces me imagino maravillas
y luego me despierto desolado.
No quiero enamorarme, vida mía…
lo nuestro es un engaño del destino;
un sueño sin dormir, como temía…
el fuego de unos besos asesinos.
Lo sé, te traicioné mientras dormías…
quizá nos confundimos de camino.©
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