Me pierden las falacias al contado,
me matan tus desplantes cuando ganas.
Prefiero un triple salto en la ventana
a ser un pobre necio y un tarado.
Ya sé que me alimento del pasado…
y a cambio, mi condena es cotidiana.
No pienses que me rindo, la campana
no suena ya a destiempo en el juzgado.
La culpa es mi manera de afrontarlo,
la sal es un remedio en las heridas
que marca la señal del corazón.
Ni pienso, ni he pensado en evitarlo,
A veces es mejor vivir la vida
que ser un pobre diablo sin razón.©
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