Un verso enarbolado en una rama
recuerda que es verdad, que no eres mía,
que siempre fuiste dama y presumías
de un rey del ajedrez preso en tu cama.
Decías ser mi reina en melodramas
burlándote con saña, y me dormía
soñando con tu voz, tu anatomía,
tus besos en mi boca y sin pijama.
No quiero un “jaque mate” de mentira,
tu cuerpo en un “enroque” mientras miras
de frente a las traiciones del amor.
Mis fichas van cayendo muy despacio,
te sientes ganadora en el palacio
ganando la partida al desamor.
Estrambote:
Lánguido es nuestro juego
de un ego solapado
que mata la pasión.©