La muerte es un adiós, un agujero
que quema y embalsama la memoria,
la suerte en una línea divisoria
de un tiempo momentáneo y duradero.
Y advierte que le somos prisioneros,
que el cielo es el camino hacia la gloria,
la vida es una cuota transitoria
que obliga a traspasar nuestro sendero.
No quiero que te vayas sin mi beso,
pues sabes que este baile nunca acaba
después de este soneto, otra canción
resuena entre tus manos y al regreso
de nuevo abrazaré lo que buscaba,
tu amor de dulce madre al corazón.©
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