DOS ESPINELAS
Y UN SONETO
DE MEDIANOCHE
Tu
luz al llegar la noche
despierta
mis soledades,
mis
mentiras y verdades,
mi
desgana sin derroche,
sintiéndome
cual fantoche
que
clama su cobardía
al
negar la osadía
de
querer ir a buscarte,
de
intentar enamorarte,
tú
siendo noche y yo, día.
Al
llegar la noche vienes
y
apareces sin avisar,
por
sorpresa y sin divisar
que
se alejan esos trenes
del
deseo en que me tienes,
y
el dolor de quien te escucha
alejándome
en la lucha
por
tu amor y el abandono.
Tus
miradas colecciono,
si
supieras… ¡Tengo muchas!
Quisiera
prolongar tu compañía
mas
sé que es imposible consolarme,
tú
sabes que es extraña mi alegría,
tú
sabes, solo tú, lo que darme.
Te
instalas en mi mente, melodía,
bailándole
a la noche sin mirarme.
El
sol cuando se esconde desconfía
del
brillo de tus ojos al llamarme.
Que
somos muy distintos es visible,
Yo
el mar y tú la arena que acaricio,
Yo
el viento y tú tan cerca en la distancia.
Me
muestras un camino imprevisible,
Yo
senda y tú las piernas de mi vicio.
La
noche cuando llega es mi fragancia.
©
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