lunes, 30 de diciembre de 2019

FELIZ 2.020

         Siempre que llegan estas fechas, cuando el año toca a su fin intentamos hacer balance como si tuviéramos que cuadrar nuestras experiencias y sentimientos contablemente. Nos fijamos objetivos por cumplir, como las empresas; algunos consiguen alcanzar el objetivo, muchos no. Entre ellos, lo típico: “Voy a dejar de fumar, voy a perder peso, me apunto al gimnasio, terminaré de leer el libro que dejé a medias…”, tantos y tantos propósitos que por algunos momentos solo cruzan la delgada línea del deseo para finalmente devolvernos a la cruda realidad.

        
         Este 2019 que termina no lo recordaré como uno de mis mejores años, sin duda, aunque tampoco le guardo rencor. Tuvo momentos estelares, reconocimientos inesperados que me animaban a hacer lo que más me gusta, reencuentros emotivos y cambios en mi vida muy importantes. No obstante, y como todo en la vida, hubo malas noticias, momentos tristes, decepciones, incertidumbre y alguna que otra equivocación. Los caminos no siempre son amplios, despejados y firmes; cada cierto trecho arrecian tempestades y vientos en contra, y aun amainando dejan un surco profundo de barro sobre el que cuesta caminar y salir. Pero se sale, amigos, os lo aseguro. Eso sí, con el cariño y el ánimo que  deparan los buenos amigos, los de verdad, tu familia y tus seres más queridos. Las piedras en el camino solo están para saltar sobre ellas y seguir avanzando con más fuerza. Y si te caes, te levantas y procuras no tropezar de nuevo.

        
         Me ha sorprendido también que inesperadamente y a cambio de nada, alguien te regale su amistad con el entusiasmo de saber que en ese momento la necesitabas y que donde menos lo creas surgen los momentos que valen la pena y que gusta recordar.

        
         He aprendido que tienes que ser valiente y atreverte a dar el paso con firmeza, y que llegar al éxito va a costar tiempo y esfuerzo, pero llegará. Al mismo tiempo he aprendido que no debo caer en los errores que inocentemente cometí. He aprendido a tener un poco más de asertividad y no tener tanta pasión defendiendo lo que pienso. Y sobre todo he aprendido a querer un poco más a “los míos”, ellos que nunca me fallan, que siempre me esperan, a los que les robé el tiempo y a los que pido perdón.

        
         Este nuevo años va a ser el del “sí o sí”, porque no es que se intente... es que va a salir. Me esperan nuevos proyectos, nuevas sensaciones, nuevas motivaciones y nuevas experiencias por descubrir. No sé si dejaré de fumar, si engordaré o adelgazaré, si volveré al running, o seguiré con mi bicicleta. Pero lo que sí sé es que terminaré el libro que llevo a medias, el de mi vida; cerraré un capitulo, 2.019 y comenzaré el siguiente, 2.020. Y con más ánimo que nunca. No me gustan estas fechas y jamás fui navideño. Me parecen jornadas comerciales y materialistas, pero al terminar el año sí me gusta acordarme de vosotros y desearos con todas mis fuerzas un…

        FELIZ 2.020
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