martes, 10 de mayo de 2022

SONETO CONDENADO

 

Coristas y comparsas literarios

Veneran a su Dios de pantomima.

La cruz al final se aproxima

Y el cuento no lo firma ni el notario.

 

Tus lágrimas y aquel escapulario,

Tus pechos y mis manos sin estima;

El juez, mi alegación la desestima

Y borra mi “por qué” del campanario.

 

Lo siento, no me van las religiones,

No quiero que me libres del pecado.

Prefiero que me rompa la utopía

 

Del sueño y despertar de tus pasiones,

A un templo donde prima lo sagrado:

Tu beso en una misa a mediodía.

 

Estrambote:

Tu cuerpo es la llama que me inspira,

La luz donde renacen certidumbres,

La huella que persigo por costumbre

Y el resto no es más que una mentira.©


 

 

 

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