Tu cuerpo perfecciona lo imperfecto
mostrándome a la luz de la candela
que cientos de luciérnagas en vela
no encuentran mis razones al respecto.
No sé si tú eres plato predilecto,
si voy deprisa o voy con mi cautela,
si el fin del cuento empieza la novela,
si tú me quieres fiel a lo incorrecto.
No temo equivocarme en tu silueta,
tus ojos me envenenan de hermosura,
me robas mientras tanto el corazón.
La norma en un colchón no se respeta,
se pierden los modales con locura,
me siento en tu almohada un polizón.©
Ernest Descals
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