El fuego es un abismo sin salida,
las llaves de un cajón desordenado,
tu abrazo en diferido y por privado…
un beso con sabor de despedida.
La angustia, sin pecado concebida,
la espera en un papel que se ha quemado,
las armas y el juguete de un soldado
rompiendo toda norma establecida.
Las leyes van cumpliéndose despacio,
las cosas van cayendo por su peso
y el tiempo es el testigo del final.
Cuartetos y tercetos son espacios
que guardan las mentiras de un travieso:
un torpe trovador provisional.©
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