Boleros que saben a despedida,
un vals que sobrevuela el escenario,
la copla de un poeta mercenario
y un jazz que es un desplante a la medida…
el blues de aquel amor que no se olvida,
un country, una balada de un diario,
un reggae, una ranchera en el sumario
y un juez que por la noche se descuida…
la música que está por todas partes
me ciega, me recuerda y me adormece
creyéndome una estatua de cartón…
no quiero, por favor, que me descartes
de un martes que contigo ya no es trece
bailando a tu compás el reggaetón.©
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