La hecatombe de un minúsculo verso
y el despliegue desabrido en la cima
provocan tus desaires sin estima,
la fiel condensación en mi universo.
Renglones que se tuercen al reverso,
remite que de lejos se aproxima
matando al mensajero que suprima
la rima complicada en el anverso.
La carta que te escribo es utopía,
son letras que se pierden con el viento
jugando con los verbos ser y estar…
pues sabes que, aunque siendo tan arpía,
estás, y no me falta el pensamiento
de un sueño que es difícil de contar.©
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