El tiempo es un embuste despiadado,
un cuento sin descuento en la partida,
la trampa en una norma establecida
que pasa sin tener significado.
Las horas que a destiempo hemos pasado
perdiéndonos de forma indefinida
devuelve los momentos que en la vida
nos sobran al llover sobre mojado.
Se aprende a no olvidar que somos breves,
que no se admiten deudas, al contrario,
reservo mi derecho de admisión…
que a veces te emborrachas cuando bebes
creyendo ser un pobre mercenario
matando de un plumazo la pasión.©
Foto: Un Tranvía Llamado Deseo
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