Los días se despiertan al acecho
de un pobre somnoliento en primavera,
quizás será que el frío es el desecho
que rompe nuestro aliento en la rivera.
Te siento cerca, sí, como sospecho,
teniéndote tan lejos, si quisiera
podría ser morada entre tu lecho
muriéndome de amor entre tu hoguera.
Tu boca es un pequeño torbellino,
tus manos son mis páginas en blanco,
tu beso es el soneto en soledad.
Tu abrazo es una trampa del destino
que empuja el corazón por un barranco
y a veces me asesina sin piedad.©
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