No siempre
me he sentido tan seguro,
algunas
veces duelen los reparos.
Yo
nunca lo he tenido tan claro,
no
mezcles mi café con más cianuro.
Madrid
siente y revive con sus versos,
Miguel
está más presente que nunca,
las
ganas de este alcalde se truncan,
reflejan
un carapollas perverso.
Hernández
es el rayo que no cesa,
poema
vivo, triste cancionero,
ausente
romancero y un “te quiero”;
Cuando
el poeta afirma y confiesa
que
el recuerdo no se borra, regresa.
©
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