Tus manos son mi cielo y mi pecado.
Tus ojos, el espejo de mis sombras.
Tu fuego, el deseo en mi alfombra.
Tus besos, son reflejos olvidados.
Tu boca, es un viaje sin retorno,
Un vuelo sin motor, de ida y vuelta,
la vida que se entrega a rienda suelta,
dos labios que se besan sin soborno.
Tu cuerpo es entrar a un laberinto,
perderse el respeto sin tapujos,
amarte muy despacio y de verdad.
Tus piernas atormentan mis instintos
que llenan la pasión de amor brujo,
y sueño con tu piel en soledad. ©
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