Muy pronto
volveré a los caminos,
a ser el
corredor renacentista
que nunca
hallará ningún destino,
que siempre va
siguiendo tras la pista.
No sé ni por
asomo a dónde iré,
mas sé que lo
que quiero es escapar;
del virus de
la muerte jamás huiré,
son garras
incapaces de atrapar.
El bicho es
cobarde y vengativo;
no lucha
cara a cara, es un cabrón.
Corriendo estaré aún más vivo
sin miedo al
latido del corazón;
el runner
que se pone un objetivo
encuentra
casi siempre su condición.
©
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