DE PURÍSIMA Y ORO (JOAQUÍN SABINA)
Autores: Antonio Manuel Vicente
Oliver / Joaquín Ramón Martínez Sabina
Una canción perteneciente al
álbum “19 días y 500 noches, en la cual retrata dentro de un ambiente gris y
melancólico, los tiempos posteriores a la guerra civil. Un país triste que
intenta levantarse y sobrevivir entre el hambre y el odio sembrado a base de
incertidumbres y restricciones en las más básicas necesidades de la gente.
La diferencia entre clases
civiles era manifiesta. Por un lado, el ámbito rural donde labradores y
jornaleros trabajaban de “sol a sol”, para poder subsistir a base de escasez.
En la ciudad, obreros y empleados, de academias de corte y confección, con un
nivel adquisitivo quizá más acorde, podían permitirse el lujo de comprarse unos
zapatos Topolino (horrorosos donde los haya). Las cartillas de racionamiento,
el Rastro, el gasógeno, el aceite de ricino... fotografían una época para
muchos recordada y para otros, olvidada con rencor.
Academia
de corte y confección,
Sabañones,
aceite de ricino,
Gasógeno,
zapatos topolino,
El
género dentro por el calor.
La inclusa era un hospital,
al cual, las madres solteras iban a dar a sus niños, normalmente huérfanos,
cuyos padres había muerto en la guerra, hijos de padres encarcelados, niños con anginas, y enfermos debido a
una mala alimentación (para la tisis,
caldo de gallina).
A la vez, Joaquín nos
muestra dentro su obra, un ambiente totalmente distinto, gente adinerada, que
frecuentaba el mundo de los toros, el flamenco y locales de demostrada fama en
aquel tiempo.
Un contraste, que se hace
latente, cuando mezcla los dos ambientes. Aquellos bares donde casi siempre
frecuentaba un “limpiabotas “y un “estraperlista”.
La procesión del Corpus, con sus
calles alfombradas con mentas, tréboles y romero, balcones adornados con
tapices, también aparece en la canción de una manera curiosa para hacer referencia
a la inquietante intención por parte de la gente con poder, de intentar
disimular el color morado de las banderas.
Para
el socio del limpia, un carajillo,
Para
el estraperlista, dos barreras,
Y
para el Corpus, retales amarillos
Que
aclaren el morao de las banderas.
“Cautivo y desarmado el Ejército
rojo, las tropas nacionales han alcanzado sus últimos objetivos militares. La
guerra ha terminado.
Burgos, 1 de abril de 1939.
El Generalísimo Franco.”
Mensaje transmitido por las radios y
noticiarios de la época como último parte de guerra.
El autor utiliza eficazmente los
dos primeros adjetivos para reflejar el Tercer
año triunfal de un tiempo nuevo, donde los señoritos peinados con
“brillantina” se divertían a sus anchas, alborotaban salas de gran reputación
entonces, como “Alazán” o agredían sin sentido ninguno a cantantes como Miguel
de Molina (por rojo y maricón). Éste último emigró a Argentina.
Tercer
año triunfal, con brillantina,
Los
señoritos cierran Alazán,
Y,
en un barquito, Miguel de Molina,
Se
embarca, caminito de ultramar.
El famoso lema “no pasarán”
irrumpe de manera indirecta y brillante en la canción… “Habían pasado ya los nacionales…”.En aquel tiempo, y de manera
burlesca se rapaba el cabello de las mujeres republicanas que paseaban desnudas
en carros como imposición de castigo y vergüenza. “Habían rapado a la señá Cibeles…”
Mientras los militares, en los
“Grabieles” aguardaban la hora de la madrugada donde debían desfilar por Las
Ventas para fusilar a decenas de presos junto a las tapias de los cementerios.
Al dia siguiente, los periódicos
hablaban de Pemán, autor del poema “La bestia y el ángel”, donde refleja a la
bestia como la República, y Franco como un ángel.
La canción, en su segunda parte,
va entrando en un escenario más selecto, por llamarlo de alguna manera,
ambiente de clase alta donde cantantes, toreros, extranjeros, contrabandistas y
prostitutas de alto postín toman cabida. Al lugar podríamos denominarlo “bar
Chicote”.
Enseñando las garras de astracán,
Reclinada en la barra de Chicote,
La bien pagá derrite, con su escote,
La crema de la intelectualidad.
Las mujeres de la época imitaban
prototipos femeninos como Eva Perón, que entonces visitó España; su imagen
llamativa con un peinado no menos peculiar y una forma de vestir entonces muy
parecida a la “Rebeca” de Hitchcock, y
en contraste con el uniforme azul marino de Falange.
Permanén, con rodete Eva Perón,
Parfait amour, rebeca azul marino
“Maestro, le presento a Lupe Sino,
Lo dejo en buenas manos, matador”
Lupe Sino, era una mujer con unas
costumbre y unas maneras no muy admitidas para la sociedad de aquel tiempo en
nuestro país. Manolete se enamora de ella y en ese encuentro, algo incómodo
para la gente de aquella época, recorren lugares famosos de Madrid. Aparecen en
la canción el bar Gitanillos, el restaurante Riscal, la plaza de las Ventas,
joyerías y hoteles de alto estanding
Dispuesto a “perder los alamares”
(las presillas de adorno de la chaquetilla de torero), celebraba en la
habitación el presagio de una gran tarde con “dos anisetes”, y acompañado por
tan bella mujer. Nada presagiaba la tragedia en esa tarde calurosa de agosto en
la plaza de Linares.
Eran tiempos difíciles, de
silencio, en las que las personas formales volvían a sus cuidados a una hora
decente. Nadie comentaba nada, por miedo o por dejar pasar las cosa, o por
mirar hacia otro lado. La libertad era un lujo. Mientras tanto, los señoritos
con gomina, seguían frecuentando los burdeles, el pelotón descansaba después de
los fusilamientos; madrugadas interminables, donde las pesadillas se mezclaban
con la hipocresía y la censura.
Al día siguiente, los periódicos
seguían sin hablar de nadie, ni de nada… o sí: de Gilda y del Atleti de
Aviación.
JOAQUÍN PALOMAR.
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