PEOR PARA EL SOL
Siempre hemos dicho que si
hay algún artista de la canción que es capaz de retratar en un tema, en unas
estrofas y en una melodía, una historia de amor y/o desamor entre dos personas,
es Joaquín Sabina. “Peor para el sol”, es
una de esas novelas dentro de la música, que incluso proponiéndonos varias
interpretaciones, acompaña el drama más romántico del ambiente nocturno, del
amante pirata, del exceso y de la pasión.
Sobre la melodía, mi amigo
Cecilio me cuenta, que la considera una de las más bonitas y elegantes que han
compuesto Joaquín, Pancho y Antonio, digna de la mejor canción francesa y de
las mejores de McCartney, perfecta para el repertorio de un crooner.
“Peor para el sol” nos relata con un carácter narrativo un encuentro
casual y fortuito entre dos soledades, cada una con sus propios problemas y
ocupaciones, pero ávidas de emoción.
El lugar que recrea el
artista es un bar en un entorno trasnochador y si me apuran, con un fondo
jazzístico y de blues.
Comienza con un diálogo
directo y provocador, como no podía ser de otra manera:
¿Qué adelantas sabiendo mi nombre?
Cada noche tengo uno distinto,
Y siguiendo la voz del instinto
Me lanzo a buscar
Imagino, preciosa, que un hombre...
Algo más, un amante discreto
Que se atreva a perderme el respeto
¿No quieres probar?
Cada noche tengo uno distinto,
Y siguiendo la voz del instinto
Me lanzo a buscar
Imagino, preciosa, que un hombre...
Algo más, un amante discreto
Que se atreva a perderme el respeto
¿No quieres probar?
Es el primer
encuentro de la pareja, sin duda erótico y directo. Ella interviene desde el
primer verso, sin ambigüedades pero a la vez, despertando incertidumbre.
Conforme se va escuchando y sintiendo la canción, vamos adivinando que ha
habido más conversación, preguntas con o sin respuesta, pero envueltos en la
seducción y la incitación al juego que propone nuestra protagonista.
Vivo justo detrás de la esquina...
No me acuerdo si tengo marido...
Si me quitas con arte el vestido,
Te invito a champan.
Le solté al barman mil de propina,
Apuré la cerveza de un sorbo,
Acertó el que “el templo del morbo”
Le puso a este bar.
No me acuerdo si tengo marido...
Si me quitas con arte el vestido,
Te invito a champan.
Le solté al barman mil de propina,
Apuré la cerveza de un sorbo,
Acertó el que “el templo del morbo”
Le puso a este bar.
Sabina
expone de manera explícita y entusiasta
la situación cambiando el emplazamiento. Accede a la invitación de la dama con
sutileza sin dejar que el nivel impulsivo y ardiente se atenúe.
Al llegar al portal nos buscamos
Como dos estudiantes en celo…
Un piso antes del séptimo cielo,
Se abrió el ascensor…
Nos sirvió para el último gramo
El cristal de su foto de boda.
No faltó ni el desfile de moda
De ropa interior.
Como dos estudiantes en celo…
Un piso antes del séptimo cielo,
Se abrió el ascensor…
Nos sirvió para el último gramo
El cristal de su foto de boda.
No faltó ni el desfile de moda
De ropa interior.
La letra
acoplada al ritmo y la melodía de la canción, con unas rimas exquisitas y un
tacto sublime, hacen de este tema, uno de los éxitos mas reconocidos del
maestro, y sin duda de la canción de autor en su historia.
La trama
llega a ser algo fugaz, tórrida e intensa, como suelen ser los amores, “eternos
mientras duran”, poética y sugerente; fugitiva como el recuerdo y la huella que
deja.
En mi casa no hay nada prohibido…
Pero no vayas a enamorarte…
Con el alba tendrás que marcharte
Para no volver.
Olvidando que me has conocido,
Que una vez estuviste en mi cama,
Hay caprichos de amor que una dama
No debe tener.
Pero no vayas a enamorarte…
Con el alba tendrás que marcharte
Para no volver.
Olvidando que me has conocido,
Que una vez estuviste en mi cama,
Hay caprichos de amor que una dama
No debe tener.
Despacio se
va entrando en una escena donde aparece la cruel realidad y la nostalgia. La
audacia, el atrevimiento, la reflexión y la irreverencia se dan cita en unos
versos magistrales para darle un final difícil de explicar, pero que nos
provoca un éxtasis estético envuelto en la palabra y la música.
Es mejor, le pedí, que te calles…
No me gusta invertir en quimeras,
Me han traído hasta aquí tus caderas,
No tu corazón.
Y después, para qué más detalles,
Ya sabéis, copas, risas, excesos…
Como van a caber tantos besos
En una canción.
No me gusta invertir en quimeras,
Me han traído hasta aquí tus caderas,
No tu corazón.
Y después, para qué más detalles,
Ya sabéis, copas, risas, excesos…
Como van a caber tantos besos
En una canción.
Concluye de
manera sobrecogedora y enigmática. Vuelve a lugar del origen, al principio del
cuento de la cenicienta, donde se encuentra con una vieja conocida: la soledad.
La noche, la barra del viejo bar, y el canalla derrotado, rendido y enamorado.
Volví al bar a la noche siguiente
A brindar con su silla vacía.
Me pedí una cerveza bien fría
Y entonces no sé…
Si soñé o era suya la ardiente
Voz que me iba diciendo al oído…
Me moría de ganas, querido,
De verte otra vez.
A brindar con su silla vacía.
Me pedí una cerveza bien fría
Y entonces no sé…
Si soñé o era suya la ardiente
Voz que me iba diciendo al oído…
Me moría de ganas, querido,
De verte otra vez.
El
estribillo es una autentica obra de arte. Mezcla la retórica y la metáfora
donde personifica a la luna con la mujer y se mofa del sol, declarándose con
toda la intención, un poeta vividor y mujeriego, un trovador de la noche,
momento propicio donde acontecen estas historias de amor.
Peor para el sol,
Que se mete a las siete en la cuna
Del mar a roncar.
Mientras un servidor,
Le levanta la falda a la luna…
Que se mete a las siete en la cuna
Del mar a roncar.
Mientras un servidor,
Le levanta la falda a la luna…
Utiliza en
la letra algunos recursos poéticos como el hipérbaton; es decir, cambia el
orden lógico de los versos, para dar más belleza y empaque al poema. He aquí
algunos ejemplos:
“nos sirvió para el ultimo gramo / el cristal
de su foto de boda”, “siguiendo la voz del instinto / me lanzo a buscar”, o “un
piso antes del séptimo cielo / se abrió el ascensor”.
Los autores
de esta magnífica canción son Antonio García de Diego, Jose Nodar, Panco Varona
y Joaquín Sabina. Pertenece al álbum editado en 1.992 y llamado “Física y
Química”.
Hace ya
cinco años, el colectivo y asociación ubetense “Peor para el Sol” tomó prestado
el nombre de la canción para denominar a este brillante grupo de trabajo en el
que la cultura, en forma de conciertos, exposiciones y tertulias literarias, se
manifiesta en nuestra ciudad. No solo anualmente, allá por septiembre, cuando
se celebran las jornadas “Sabina por
Aquí”, sino a lo largo de todo el año, organizando un ciclo de actuaciones
acústicas de variados artistas y jóvenes promesas de la canción de autor. El
lugar, la Iglesia de San Lorenzo.
Y desde
aquí, desde este balcón o púlpito que se me dispone gracias a la revista “Cucha”,
os invito a que visitéis y disfrutéis de las actividades que con tanto
entusiasmo preparan y trabajan día a día en este colectivo, y con la
colaboración indispensable de la Fundación Huerta de San Antonio.
Caminando a San Lorenzo
Me dispongo como loco.
A veces me cuesta un poco
Dibujarlo sobre lienzo.
Pero de nuevo comienzo
A proclamar mi poesía.
Es para mí gran alegría
Trabajar en colectivo,
Me siento aún más vivo
Sabina, mi filosofía.
JOAQUÍN PALOMAR.
©
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